La relación entre la salud física y la emocional aparece reflejada en esos síntomas o dolencias durante épocas de estrés o depresión. Muchas enfermedades cutáneas parecen en esas épocas personales inestables o movidas, por lo que el componente emocional es importante a la hora de tratar al paciente. Además, hay que tener en cuenta que las afecciones de la piel, al ser visibles, generan mayor ansiedad por la imagen que reflejan y el ‘qué dirán’. La nueva colaboración de la dermatóloga Cristina de Hoyos en el portal EnFemenino desarrolla este tema en el que el médico debe valorar todos los factores del paciente y acompañarle en su evolución.

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